22 de febrero de 2011

Me tomo un café con tu ausencia
y le enciendo un cigarro a la nostalgia,
le doy un beso en el cuello a tu espacio vacío.
Me juego un ajedrez con tu historia
y le acaricio la espalda a la memoria,
seduciendo al par de zapatos azules que olvidaste.
Y charlo de política con tu cepillo de dientes
con visión tan analítica, como cuando te arrepientes.

Realmente no estoy tan solo, quién te dijo que te fuiste
si aún te encuentro cocinando algún recuerdo en la cocina
o en la sombra que dibuja la cortina.
Realmente no estoy tan solo, quién te dijo que te fuiste
si uno no está donde el cuerpo, sino donde más lo extrañan
y aquí se te extraña tanto
Tú sigues aquí, sin ti, conmigo
quién está contigo si ni siquiera estás tú.


Platico con tus medias de seda
y le preparo un croissant al recuerdo,
mientras le rasco una rodilla a esta vida, sin vida.
Le canto una canción a la nada
y me burlo de la melancolía
mientras le subo el cierre a la falda de las ganas.
Sintiendo tantas cosas

Realmente no estoy tan solo
sola tú que estás conmigo
y no te fuiste contigo.

Realmente no estoy tan solo 

quién te dijo que te fuiste
si cargaste con el cuerpo, pero no con el recuerdo
y el recuerdo está conmigo.
Realmente no estoy tan solo, quién te dijo que te fuiste
si uno no esta donde el cuerpo, sino donde más lo extrañan
y aquí se te extraña tanto
tú sigues aquí, sin ti, conmigo
quién está contigo si ni siquiera estás tú.